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Foto del escritorEmmanuel

5 libros para leer en menos de 1 día

No siempre las grandes historias necesitan grandes cantidades de papel para ser contadas. A menudo los relatos más deliciosos se esconden tras unas pocas páginas, libros a los que no les sobra un gramo ni les falta drama, suspense o emoción para convertirse en esa gran historia que no olvidarás durante años. No defraudan ni te dejan con ganas de más porque, aun siendo breves, te llevan al punto exacto al que te querían llevar.


Hoy te decimos estas novelas cortas, o relatos largos, que podréis devorar sin restaros horas de sueño. Aventuras de una sola noche, amores que duran lo que dura un viaje en tren.


1. ‘La nieta del señor Linh’, de Philippe Claudel


El anciano señor Linh abandona la tierra donde nació y vivió toda su vida, huyendo de una guerra absurda que le ha arrebatado todo lo que tenía. Desembarca en un país del que desconoce idioma y costumbres, aferrado a la mano de su nieta, a la que cuida y protege sin descanso porque es lo único que conserva de su anterior vida.

Rompiendo todas las barreras culturales y aun sin poder comunicarse en el mismo idioma, entabla amistad con el señor Bark. Los dos hombres se buscan diariamente en el mismo banco de un parque, convirtiéndose el uno para el otro en el único punto de arraigo que les une a este loco mundo.

El autor se reserva una dura estocada final, un giro que hace plantearse si no será el amor lo único que nos ayuda a mantener la cordura.


2. ‘Réquiem por un campesino español’, de Ramón J. Sender


Si hablamos de libros cortos, pocos tendrán la calidad literaria y la emoción que tiene Réquiem por un campesino español. En apenas una hora puedes devorar esta joya de la literatura española y adentrarte en una novela que trata el tema de una persecución durante la Guerra Civil en un pequeño pueblo. El relato será rememorado por Mosén Millán antes de la misa de entierro de Paco, recordando todos los sacramentos religiosos de este mientras reza oraciones por él. La historia es emocionante y dinámica, cautiva desde el primer párrafo y en ningún momento te entran ganas de cerrar el libro.


3. ‘Metafísica de los tubos’, de Amélie Nothomb


El título de esta novela de Nothomb, una autora belga, pero nacida en Japón y gran conocedora de esa cultura oriental, puede hacer pensar tal vez que nos encontramos ante una obra densa y filosófica. Pero se trata en realidad de una novela autobiográfica en la que la escritora relata, en un estilo no exento de humor, su vida de los cero a los tres años. ¿Cómo alguien puede recordar una época tan temprana? Bueno, pues ahí reside la parte novelística. Sin duda, lo mejor de este pequeño libro lleno de originalidad es el punto de vista de la niña, que contempla el mundo de los adultos y, sobre todo, el contraste entre las costumbres japonesas y las occidentales (ella pasa estos primeros años a cargo de una niñera japonesa y aprende a hablar antes en japonés que en francés) con una mirada irónica e irreverente que pronto se gana al lector. Y, bien mirado, también tiene su parte filosófica. Como la mayoría de las obras de Nothomb, es una novela que adorarán los amantes del Japón y su cultura.


4. ‘La perla’, de John Steinbeck


La humilde felicidad de Kino y Juana se quiebra el día en que un escorpión pica a su hijo Coyotito. En una conmovedora comitiva, el matrimonio desfila con todos sus allegados hasta la casa del médico del pueblo que, consciente de que la familia no puede pagar, se niega a asistir al pequeño. Resueltos a hacer lo que sea para salvar a Coyotito, Kino y Juana se dirigen al río para confiar en el único milagro posible: encontrar una perla que les permita pagar una cura. Guiado por la canción de la familia que suena en su pecho, Kino encuentra la perla más grande y perfecta jamás vista. Sin embargo, la posesión de la perla trae consigo la canción del mal.

La perla es un cuento sobre la codicia, el interés y el amor. Una historia encantadora sobre aquello que realmente importa.


5. ‘El cuaderno rojo’, de Paul Auster


Es un libro sobre las casualidades. Auster nos cuenta su vida a través de esos hechos fortuitos que reconocemos conectados mágicamente. Recupera sus propias casualidades y, también, otras recogidas de amigos o conocidos, escuchadas también por casualidad. Hay mucha gente que no cree en las casualidades porque considera que cuando ocurren, cuando tú ves ese hilo invisible que ha unido y conectado hechos, situaciones y personas, sencillamente estás forzando las conexiones para darle algún tipo de sentido. Otras personas no creen en las casualidades porque son incapaces de prestar atención a los detalles de sus vidas, o no tienen memoria para recordar hechos, sensaciones o situaciones del pasado y pierden así la posibilidad de establecer cualquier vínculo casual.

El cuaderno rojo es un libro para aprender a mirar. Se lee rápidamente y al terminarlo es inevitable sentir la necesidad de releerlo y de buscar las casualidades de nuestra propia vida. El prólogo de Justo Navarro es sencillamente perfecto y no cae en el destripe del libro, es un complemento perfecto, lo que debe ser un prólogo.



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